domingo, 23 de octubre de 2011

Querido anómino/a:

Querido anónimo/a:

Sé que ha pasado un tiempo, que quizás nunca debería escribir estas palabras. Sé que probablemente te asustes una vez leas esto. Por eso te digo: “No tienes porque seguir leyendo”. O tal vez nunca lo llegues a encontrar.

Te preguntaría cómo estas, cómo te va todo, pero eso ya sabemos tanto tú como yo que va bien, que todo sigue en orden y que por ahora sin problemas. Porque ambos/as sabemos perfectamente que cuando haya algún problema ambos/as nos enteraremos.

Una vez escribí todo lo que tenía que ser dicho. Siempre nos fue más fácil escribirlo que expresarlo.
Y ahora te escribo cosas que quiero que sepas, porque carezco del valor suficiente para decírtelas. Carezco de valor para llamarte y decírtelas a través de un aparato.

Y años después desde la última vez, te digo que no quiero que sientas lástima por mí, porque eso me haría desgraciada. Todo lo que pasó debió pasar, no es que fuéramos unos inmaduros/as, o nos conociéramos demasiado pronto. Pasó porque tenía que pasar y ahora lo sé. Porque gracias a aquello te puedo decir que ahora soy la persona que soy, que ahora soy capaz de escribir lo que siento. Aunque puede que tenga miedo a volver a sentir, te digo que ahora soy capaz de aceptar mis sentimientos, de tratar de expresarlos. Porque ya no me da miedo llorar si estoy triste, o reír si estoy feliz. Porque ahora prefiero afrontar las cosas a salir huyendo. Porque me estoy convirtiendo en alguien que me gusta y ya he dejado de ir con la cabeza escondida.
Sé que todavía tengo que mejorar muchos aspectos de mi vida. Me falta autocontrol, sigo siendo algo impertinente, bastante niña y algo particular. Pero ¿Qué sería yo sin mi voz de pito, de duendecilla, sin acorde a una personalidad un poco rara?

 No sabes cuánto te agradezco todo, cada momento, cada sensación, cada risa, cada lágrima.  Es por esto por lo que nunca te pude guardar rencor, el motivo por el cual por mucho que quisiera odiarte me era imposible.
Fue gracias a ti que me empezara a encontrar, aprendí a valorar a las personas y a ver las cosas desde otra perspectiva. Gracias a ti empecé a ser consciente de lo que me rodeaba. No sabes cuánto te debo, ni te lo imaginas.
Como en todas las relaciones humanas, el sufrimiento estuvo presente. Tal vez era hora de que me tocara pasar por aquello, para darme cuenta de la vida.

¿Y sabes qué? Por mucho que quisiera hacerte desaparecer (a veces), no puedo. Te llevaste una parte de mí. Y ahí estás tú, en un hueco intacto de mi memoria. Estuviste en un baúl, corriendo por una explanada, y ahora simplemente estas ahí. Decidí dejar de luchar para ver dónde te colocaba. Te deje estar ahí, lo acepté.

Siempre serás especial para mí, pero eso ya lo sabes. Porque tú, al igual que otras 2 o 3 personas, tienes esa facilidad de poner mi vida patas arriba con solo un hola que tal.  Me conoces mejor que yo la palma de mi mano, nunca podría engañarte. Y por eso eres mi criptonita. Soy vulnerable ante ti. Totalmente vulnerable.
Pero sabes que en el fondo soy fuerte y que siempre me las he arreglado para seguir adelante. Puede que haya hecho alguna tontería, pero por suerte espero ser conscientes de ellas y rectificar en todo lo posible.

Soy humana, cometo errores no lo puedo evitar.

Este sería el momento de despedirme, pero sabes cómo odio esas cosas, así que simplemente no lo haré.

Un tibio patriotismo

El otro día, al leer el blog de un conocido, criticaba que el problema de Colombia era la falta de identidad que sentía la población. Tras esto comencé a reflexionar y pensé cual es el problema de España. Llegué a la conclusión de que el problema que acontece a nuestro país es la falta de patriotismo.

Aunque una gran parte del territorio español está orgulloso de ser español, otra gran parte lo aborrece. Se consideran desdichados por haber nacido en un país de vagos, de fiesteros y amantes taurinos.

Creen que es un país que aunque forme parte del primer mundo, se podría considerar cola de león. Probablemente lo sea. Todos ellos, se forman, y una vez formados van a buscar mejor vida fuera de España, y es probable que nunca vuelvan. Otros muchos ya deciden ir a formarse al extranjero.
Comparan nuestro país con países como Alemania, EEUU, afirmando que estos son mucho mejores que el nuestro. Probablemente sea en cierto modo porque al ser humano siempre le parece mejor aquello que no tiene. Y aunque fueran mejores, esos países triunfan, porque los mejores que salen de países como el nuestro, deciden ir a buscar suerte allí. Si estos se quedaran en nuestro país, tratando de levantarlo y mejorarlo, estaríamos en manos de los mejores y no de gente mediocre. Vivimos una auténtica fuga de cerebros. Como decía la política de Platón, el poder lo han de tener los más sabios, los mejores. Aquellos dirigirían el país como nadie.

 Y ese es nuestro problema, por esta falta de amor hacia nuestro país y de amor hacia nuestras costumbres, los mejores se marchan por ganar poco más de lo que ganarían aquí u otras posibilidades de investigación que aquí no encuentran. Aquellos buenos que vienen de países procedentes de la cabeza de ratón. Los mejores de sus países, se forman y vuelven a su país. Por lo que si los buenos nuestros se van y los que llegan también, nuestro país no puede evolucionar.

Nunca olvidaré lo maravilloso que fue aquel 4 de julio en una conocida ciudad americana. Sonó el himno nacional del país, se hizo un silencio absoluto y todo el mundo se puso en pie con la mano en el corazón. Increíble. Una sensación maravillosa.
Y piensas ¿Por qué en nuestro país no se puede sentir eso? y ¿Por qué la gente no puede estar orgullosa de ser español?

Nosotros somos uno de los países más ricos en historia, en tradición cultural. Tenemos una gran variedad lingüística dentro de nuestro territorio. Además variedad de climas y paisajes: desde desiertos hasta cordilleras. Y en cuanto a la herencia, tenemos una variedad que pocos pueden decir que la tienen. Desde el sur hasta el norte, ves estilos completamente diferentes, procedentes de los múltiples pueblos que han habitado en la península a lo largo de su historia.
Somos uno de los destinos turísticos favoritos. Ya no solo por las fiestas. Más bien por la tradición histórica, nuestro estilo de vida y nuestra comida típica.

Si os sentís mejor en un país que la variedad y la riqueza cultural se ha conseguido gracias a la inmigración. Donde únicamente tienen 3 siglos de historia. Nadie quiere a la gente de su país como en su propio país. ¿Queréis ir a un país donde hay un alto nivel de la población con un nivel académico extremadamente bajo? ¿Dónde no saben situar España en un mapa, e incluso nos consideran tercermundistas?
¿Es eso lo qué queréis? ¿Qué seamos como ellos? Tendréis que entender, que nunca seréis uno de ellos. Porque vuestro sitio está aquí entre los vuestros. Iros y formaros mejorar, pero volver a vuestra tierra, que es dónde se os necesita. Y ayudar a levantar el país, en el que vuestros abuelos y padres lucharon tanto por levantarlo. No podéis tirar todo el trabajo que vuestros antecesores hicieron. Os necesitamos.