sábado, 31 de diciembre de 2011

Balances

Día de reflexión sobre el año. Sí, ha sido un buen año, bueno no, muy bueno.
Tal vez, no ha sido del modo que esperaba que fuera, y no se habrán cumplido los objetivos que me propuse, pero se han cumplido otros muchos que nunca llegue a imaginar que tendría.
He aprendido mucho, he pisado por primera vez la Tierra, y he abierto los ojos. He visto, he sentido, he tocado, he olido... pero lo más importante de todo: he vivido.

Amigo

Hola amigo, por fin se donde te escondes a las tardes. ¡Te encontré! Hacía varios días que no lograba encontrarte por las calles más concurridas de la ciudad y me empezaba a preocupar, pero al verte mi sonrisa lo dijo todo.

Sé dónde pasas las mañanas, sé dónde pasas las tardes, pero no quiero saber dónde pasas las noches, y menos con este frío polar. Me da miedo pensar que dormirás en cualquier esquina con este frío.

Sé que no tienes la culpa, tú no eres el culpable, te ha tocado, es el azar, unos tienen más suerte que otros pero supongo que siempre ha sido así. Y no siempre es justo que gente que más tiene sea incapaz de valorar nada. Pero eso ya lo sabemos, lo hemos estudiado casi todos en historia, siempre ha sido así.

No te preocupes por favor, porque pronto acabará e irá todo a mejor, sé que tendrás tu recompensa, porque a pesar de todo siempre estás ahí con una gran sonrisa, nieve, llueva o haga excesivo calor.

Aunque no me conozcas, aquí alguien se preocupa por ti, porque sigas luchando, y porque cada día sigas ahí, tan sonriente como cada día.

domingo, 11 de diciembre de 2011

Miedo

Con la experiencia, no sé si suficiente, aprendes de tus errores, a levantarte y tratar de evitar esa maldita piedra con la que siempre tropiezas. Si, parece que esta pegada al suelo y que nunca logras esquivarla, hasta que un día sin darte cuenta la has esquivado. Y piensas: por fin, lo logre! Entonces aparece un agujero y vuelves a caer y te vuelves a levantar, pero esta vez, aunque duele, la caída no es para tanto. Por qué? Porque sabes que la herida se hace postilla y luego no hay rastro de ella. A veces te queda una pequeña cicatriz para que nunca olvides tu torpeza, como mi cicatriz del dedo o la de la pierna. Pero con el tiempo los recuerdas como un bonito recuerdo, e incluso una aventura.

También con el tiempo aprendes a evitar todas las piedras y agujeros, pero entonces te vuelves demasiado cauteloso. Miedo probablemente, si esa es la palabra. Qué palabra tan terrible. Ojalá todo fuera tan fácil como cuando eres pequeño que tienes miedo y te escondes bajo todas las mantas, o te refugias en la cama de tus padres, por no hacer frente a tus pesadillas. Y por qué? Por el miedo que tenemos a hacernos daño, a pasarlo mal, al fracaso. La gente se compra atrapasueños que agarran a los malos espíritus y no dejan que tengas pesadillas.
Fuera del ámbito del sueño la gente calla por miedo, ese miedo que te absorbe y prefieres callar, no decir nada, hacer como si nada pasara. Por qué? Porque con la experiencia aprendes que todo pasa, entonces dejas de vivir pensando que todo pasará, y decides no arriesgar, callar y hacer como si nada pasara. Porque es más fácil hacer como si nada pasase, no hacerle frente.
Y puede que a veces sea un gran error dejar que el miedo te absorba, pero carecemos del valor suficiente para hacerle frente.

Soy una cobarde.