lunes, 26 de septiembre de 2011

domingo, 25 de septiembre de 2011

Muros

Siento que no tengo inspiración, que estoy atascada. Llevo todo el día intentando pensar, intentando reflexionar sobre algo, pero estoy bloqueada. Hay algo que acapara toda mi atención. Me siento incapaz de pensar en nada, no soy capaz de abrir la mente. Hoy soy incapaz de pensar en otra cosa, y ni siquiera estoy pensando en ello. Únicamente lo estoy analizando. No intento averiguar el por qué, únicamente lo miro desde una perspectiva exterior, un análisis completamente matemático. No siento, no pienso. Según Descartes en estos momentos no existiría porque según su fórmula de “cogito ergo sum”, como no pienso, no existo.
Estoy apática, llevo todo el día haciendo, deshaciendo, rehaciendo la misma cosa, absurdo, algunos dirían que una pérdida de tiempo. Llevo todo el día contradiciéndome, y sinceramente no logro entender el por qué, tampoco he tratado de averiguarlo, no tengo ganas.
Es como si todos los muros que un día creé se fueran derribando poco a poco. Aquellos muros que durante tantos años fueron tan eficaces, han ido agrietándose poco a poco, algunos han caído, otros luchan por mantenerse en pie, tratando de mantener separado aquellas cosas que un día decidí encerrar, poner al margen.
Un día cierras una puerta con una llave, escondes la llave y tratas de no abrirla nunca. De repente un día encuentras la llave, abres la puerta por simple curiosidad y te encuentras lo que escondiste en esa habitación. Al principio te hace gracia recordar, luego descubres por qué encerraste todo aquello, y te arrepientes de haber abierto la puerta, sales corriendo y la cierras. Pero esta vez, escondes la llave mucho mejor e incluso pones un cartel para quedarte fuera y asegurarte de que nunca la volverás abrir.
Es una habitación más, que está ahí, no la puedes quitar, ni retirar. Es algo con lo que vives. La ignoras, haces como si no existiera pero ahí sigue es algo inevitable. Siempre te queda la opción de mudarte de casa, pero no es tan fácil, tendrías que renunciar a todo lo que un día construiste, y habría que volver a empezar de nuevo. Sería inevitable  no pensar que todo fue en vano. Y aparecerán nuevas habitaciones que querrás derribar, y ¿Qué? ¿Otra vez a cambiar de casa?
Y ¿qué ocurre cuando llega el día que coges un martillo y te pones a destruir paredes?, ¿por qué no puede desaparecer?, simplemente quedarse atrás, ¿por qué no puedes destruir la habitación, y hacer como si esa casa desde el principio tuviera menos habitaciones? Una vez leí que hay maletas demasiado pesadas para llevarlas uno solo, que a veces es necesario que alguien te ayude a llevar esa maleta. Pero qué difícil es pedir esa ayuda para transportar la maleta, todos nos creemos sansones, nos creemos fuertes. A nadie le gusta pedir ayuda; Probablemente sea cuestión de orgullo. Todos creemos que podemos con todo. Solos, en solitario. Tal vez sea la sociedad actual la que hace que predomine este pensamiento. El simple hecho de que ya prácticamente nadie hace las cosas por ayudar al prójimo, que ahora lo que predomina es el interés propio, es un: “yo te ayudo con tu maleta, si luego tu me ayudas con la mía”. Trabajo en equipo le llaman algunos, pero ¿es realmente eso lo que nos intentan enseñar?, yo creía que lo que intentaban promovernos desde pequeños era ayudar al prójimo sin esperar a cambio nada más que satisfacción personal.

jueves, 22 de septiembre de 2011

Recuerdos

Y te sientes nostálgica, y a la vez tan estúpida, por pensar que puedes echar tanto de menos un lugar, una simple familia,con la que apenas has compartido 4 meses de tus 20 años.

Y piensas si será un error no volver, creer que en cierto modo cabe la posibilidad de no volver a recorrer esos caminos frondosos, sentir la lluvia corriendo por tu piel, y poder impregnarse del aroma de la naturaleza, aire puro, sin contaminación, ni embotellamientos por las vías principales.

Luego piensas, y te das cuenta que la vida sigue, que una etapa da paso a otra y dudas sobre si debes avanzar, o simplemente quedarte en ese punto muerto que llegó a su fin. Como dice mi amigo William Shakespeare: "After some time you learn that no matter how many pieces your heart was broken into, the world doesn't stop so you can fix it." He ahí la cuestión, puedo perder 1 año, 2 o incluso 10, reflexionando sobre si avanzar o no, puedo quedarme estancada en un punto, hundida en un pozo, sumergida en la oscuridad, sin ver la luz, simplemente quedarte ahí, tú, la soledad y la tristeza; Es fácil eso, estar hundido es sencillo, lo difícil es intentar salir del pozo, tratar de encontrar una luz en la oscuridad, avanzar. Pero te das cuenta que tu alrededor evoluciona mientras tú no lo haces, y eso es lo que en cierto modo te empuja a continuar. 

 Pagaría lo que fuera por poder volver a ese lugar, no olvidar jamás todo lo vivido, todo lo sentido. Pero supongo que así es la vida, unos se van y otros se quedan, pero sé que tarde o temprano todos abandonarán, lo que me asusta es si por el hecho de elegir otro camino olvidaré todo aquello que ahora forma parte de un pasado, un recuerdo. Confío ahora en que mi memoria sea suficiente para no olvidar todo aquello que tanto aprecio, que tanto valoro, y que puede que en un futuro lo vea absurdo, pero no quiero que porque pase el tiempo todo pierda su valor, eso es lo que me aterroriza realmente, que por crecer poco a poco crees que todas las tonterías que hacías años atrás carecen de valor, pero en su momento fueron tan especiales, si fuera capaz de no poder olvidar lo increíble que era todo, eso es lo que temo olvidar, aquel toque que hacía de aquel mundo algo maravilloso.
Sé que algún día lograré volver a esa entrañable tierra, es ese pensamiento el que no me hace perder la esperanza, ese pequeño sueño por el que sé que debo luchar, puede que no se cumpla este año ni el siguiente, tal vez tarde en cumplirse 20 años. Entonces no puedo quitarme el pensamiento de que "¿Y si cuándo vuelva es demasiado tarde? Me refiero, a que todo lo que un día conocí ya no exista, ya no esté, haya desaparecido. Entonces esto me hace creer que las cosas suceden por algo, y que si tomamos un camino u otro, si avanzamos, es porque estamos preparados.
Algo que he aprendido últimamente, es que para avanzar hay que asumir el cambio, hay que creer en ello, hay que querer hacerlo. Y también con el paso de los años he descubierto el temor que se tiene a los cambios, el cómo nos aterroriza lo nuevo, lo desconocido, aquello sobre lo que no tenemos control.

El primero

No sé si será la primera de muchas o la primera de 6; Esta, y los 5 ensayos que nos exigen colgar en Internet.
Lo primero que quiero comentar, es lo mucho que me ha costado crear mi blog, no estoy tan modernizada. Cuando me hice fotolog tardé una eternidad en lograr hacerlo, pues esto me ha resultado más complicado aún.
Título para el blog, dirección del blog, y como todo el mundo tiene blog, todas las posibles direcciones que incluyeran mi nombre estaban cogidas, tenía la opción de poner mi nombre seguido de números de 4 cifras, que probablemente yo no fuese capaz de recordar.

Otra cosa que me gustaría comentar es el título, ya que en principio cuando lo comenté con otra persona tenía la intención de llamarlo de otra manera, tenía pensado poner un personaje histórico, porque hasta hace 5 minutos creía que había hecho algo que ahora al pretender escribir aquí creo que nunca lo llego hacer. Por lo que creo que llevo varios años confundida sobre los logros históricos de este personaje. Igual simplemente me los inventé porque sonaban bien. Pero el motivo por el que admiraba a este personaje histórico, es porque creía que cuando cayó se levantó, y volvió a reconstruir lo perdido, pero por lo visto nunca logró reconstruir lo perdido. Admiro a la gente luchadora, un gran ejemplo que se me ocurre de primeras podría ser Martin Luther King, a este y otros tantos como él, se les podría considerar grandes luchadores. Pero creo que también hay pequeños luchadores; todos somos luchadores, todos libramos batallas cada día, de este modo conseguimos vivir en armonía y tranquilidad (dentro de lo que cabe). Por ejemplo, así de primeras la primera batalla que puede librar cada ciudadano al día, es una batalla complicada, es algo así: "suena el despertador, y si te levantas ya has vencido a un gran enemigo: la pereza."
El caso es que he acabado poniendo este nombre, porque creo que la vida esta llena de sonrisas y de lágrimas, (muy típico, lo sé).
Mientras unos prefieren esconderse tras una máscara, yo prefiero esconderme tras una gran sonrisa, así por lo menos alegro el día a alguien. Y en cuanto a las lágrimas, creo que llorar es tan sano como reír, a mi me ayuda a desahogarme, algunos hacen deporte, y yo lloro. Siempre lo he dicho hay gente para todo.

No quiero hablar mucho de mí, porque tarde o temprano tendré que subir mi ensayo autobiográfico, y ahí más o menos lo digo todo, o puede que lo relevante en cuanto a mi vida.
Me gusta la música como a todos, pero prefiero algo antiguo a lo actual, desde mi punto de vista la música actual tiene demasiado ritmo (cómo diría mi madre: "eso no es música, es ruido"; ojo, no quiero que nadie se sienta ofendido por favor, simplemente es mi opinión), y más que relajarme me altera. Y yo soy de la opinión de que la música amansa a las fieras.
Y por decir algo más, no me considero una chica que destaque en nada, ni soy especialmente buena académicamente hablando, ni soy especialmente buena en deportes, ni canto bien (como diría mi hermano: "Maite de verdad, es cómo si estuvieras sorda") y tampoco soy una gran bailarina. Pero que conste que no por destacar en nada sea menos feliz ni nada por el estilo.