sábado, 31 de diciembre de 2011

Amigo

Hola amigo, por fin se donde te escondes a las tardes. ¡Te encontré! Hacía varios días que no lograba encontrarte por las calles más concurridas de la ciudad y me empezaba a preocupar, pero al verte mi sonrisa lo dijo todo.

Sé dónde pasas las mañanas, sé dónde pasas las tardes, pero no quiero saber dónde pasas las noches, y menos con este frío polar. Me da miedo pensar que dormirás en cualquier esquina con este frío.

Sé que no tienes la culpa, tú no eres el culpable, te ha tocado, es el azar, unos tienen más suerte que otros pero supongo que siempre ha sido así. Y no siempre es justo que gente que más tiene sea incapaz de valorar nada. Pero eso ya lo sabemos, lo hemos estudiado casi todos en historia, siempre ha sido así.

No te preocupes por favor, porque pronto acabará e irá todo a mejor, sé que tendrás tu recompensa, porque a pesar de todo siempre estás ahí con una gran sonrisa, nieve, llueva o haga excesivo calor.

Aunque no me conozcas, aquí alguien se preocupa por ti, porque sigas luchando, y porque cada día sigas ahí, tan sonriente como cada día.

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