miércoles, 9 de noviembre de 2011

Mi punto de vista

Yo creía que la  Biblia trataba de decirnos que todos éramos iguales. Todos hermanos, hijos de Dios.
No logro entender por más que lo intento aquellos que utilizáis el cristianismo para ser superiores, creeros superiores, ser elitistas. Tampoco comprendo a aquellos que cada fin de semana, incluso cada día, se dedican a violar todos los principios cristianos uno tras otro, y siendo totalmente consciente de ello. Eso sí, luego se os ve sentados en primera fila cada domingo.
¿Cómo alguien puede tratar a otro ser humano, a otro igual como un desecho o cómo si fuese inferior?
Eso es lo que se hace. Cuando vas por la calle y ves a alguien pidiendo miras y piensas: pobre. En una milésima de segundo tu inconsciente sabe que ese señor ha vivido un infierno hasta llegar al país, para  cambiar a un infierno similar. Un segundo es lo que dedicamos a pensar en ello. Luego cada uno sigue a su aire. Claro que también están los que ni piensan en eso, los que  lo ven y le echan una mirada de desprecio pensando: argh, rata callejera.
Algo similar sucede con los inmigrantes, solo que es a otro nivel. Estos por el simple hecho de ser de color, o bien ser de un nivel económico inferior, parece que son inferiores. Como si fueran esclavos en el s.XVIII. Se les discrimina en algunos colegios, por el hecho de ser de color,  y lo que es aun peor por el hecho de ser pobres. O bien porque no consideran el trabajo de sus padres un trabajo apto para la sociedad. Os diré algo, esos padres han trabajo lo que nosotros nunca trabajaremos. Y han sido capaces de dejar toda su vida atrás, su familia, sus hogares, para poder dar algo mejor a los suyos. Llegan aquí viéndolo como el lugar de los sueños y esperanzas. Y se encuentran en un país donde se les discrimina por su raza, y encima no se les trata con respeto. Obviamente tienen los trabajos desechos, aquellos que ningún nacional quiere hacer porque consideran rebajar su nivel. Pero 30 años atrás los hacían bien contentos.
Pero consideran trabajar en una empresa un trabajo digno, ser parte de una cadena. Llevan unos 30 años trabajando para la misma empresa, se creen parte de ella. El empresario mediante técnicas empresariales ha logrado hacer sentir a los obreros parte de la empresa. Les ha hecho sentir que nunca les haría algo para perjudicarles, que él mismo les tiene en cuenta. Que son personas y son tratadas como tal. Incluso que forman una gran familia. Pero la realidad es muy distinta, para el empresario los obreros son desechos, son como máquinas que cuando quieren pueden deshacerse de ellas, cuando las considere demasiado viejas, o se rompan. Esas personas lo único que han tenido durante toda su vida es la empresa, aquello gracias a lo que pueden comer cada mes.  Si se les hecha por considerarlas maquinas viejas, y encima se les manda a la calle. Decirme vosotros de que va a trabajar ahora una persona de 57 años que está en el paro, sin un triste euro de indemnización. ¿Cómo va a mantener ahora a su familia? Pero eso no importa, porque la vida de ese señor, y de su familia a nosotros no nos afecta en nada. La codicia es buena, y esa máquina ya no sirve para más, y encima está haciendo que no ganemos todo lo que podríamos ganar. Así que de una patada en el trasero a la calle, y un búscate la vida. No es que necesitemos más dinero, es que queremos más dinero.
No nos podemos fijar en países que tienen una visión del trabajo completamente distinta a la nuestra. Quiero que nos demos cuenta, que en una sociedad, todos somos importantes, desde el gran empresario que fabrica coches hasta el que barre las calles o limpia las tiendas.
Porque somos un círculo, todos necesitamos de todos para funcionar. Si un trozo desaparece, el círculo no puede seguir girando y dejamos de funcionar. Por lo que todos tenemos la misma importancia, y debemos ser tratados con el mismo respeto y dignidad.

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